Ver anteriror:
RADICALISMO: POLÍTICA SOCIAL
Los estudiantes
Durante el
primer gobierno radical se produjo un movimiento estudiantil que reclamaba la
Reforma Universitaria. Este movimiento surgió en Córdoba y se extendió no solo
a otras universidades nacionales sino latinoamericanas, reclamaba el gobierno
autónomo de las Universidades con la participación de los estudiantes,
egresados y profesores; docencia libre, asegurando la existencia de cátedras
paralelas a las existentes o nuevas, y asistencia a clase en forma libre,
además de reivindicar la unidad latinoamericana y la solidaridad con los
obreros. Como
consecuencia de este movimiento, en 1918 las universidades reformaron sus
estatutos y posibilitaron la puesta en práctica de las medidas solicitadas a
excepción de la unidad latinoamericana y obrera, que no dejaron de ser sólo una
declaración de deseo.
Ineficaz
en el terreno económico, en el que no se adoptaron medidas de fondo ni se
previeron las consecuencias del cambio que se operaba en el sistema mundial
después de la guerra, el gobierno de Yrigoyen fue contradictorio en su política
obrera, paternalista frente a los casos particulares, pero reaccionaria frente
al problema general del crecimiento del proletariado industrial. Sin embargo,
satisfizo a vastos sectores que veían en él un defensor contra la prepotencia
de las oligarquías y un espíritu predispuesto a facilitar el ascenso social de
los grupos marginales.
Cuando Yrigoyen concluyó su presidencia, su prestigio
popular era aún mayor que al llegar al poder. A él le tocó designar sucesor
para 1922, y eligió a su embajador en París, Marcelo T. de Alvear, radical de
la primera hora, pero tan ajeno como Yrigoyen a los problemas básicos que
suscitaba la consolidación del poder social de las clases medias. Aunque los dos representaron en sus gobiernos al
partido radical, eran muy diferentes entre sí y representaban a distintos
sectores sociales.
Yrigoyen fue quien definió y representó al
radicalismo, al más característico del período. Es él quien enarbola la nueva
postura del Estado y de la administración de la cosa pública que le valió el
nombre de "la causa" que encarnaba lo honesto, lo puro, la verdad del
sufragio, la defensa de la Constitución, todo esto frente a la corrupción del
pasado "régimen" como se dio en llamar al gobierno de la etapa
anterior.
Esta diferencia se pone de manifiesto con la división del partido en
dos corrientes internas que hizo eclosión a partir de 1922 con el surgimiento
de la corriente interna del "antipersonalismo" que apoyaba a Alvear, que expresaba los intereses tradicionales de la elite, que veían de mala manera
el populismo y el personalismo de Yrigoyen.
Ver siguuiente:
EL GOLPE DE ESTADO DE 1930.