viernes, 14 de septiembre de 2012

LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA (1973-1999)

Ver anterior: LA PENETRACIÓN DEL CAPITAL EXTRANJERO


LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA (1973-1983)

Esta etapa comienza con la dificultosa reinstalación de la institucionalidad democrática que tendrá una vida efímera. Su característica es una generalizada crisis social, política y económica. Los inicios de este período  estuvieron marcados por enfrentamientos con alto costo de vidas, asesinatos impunes, persecuciones políticas y serias perturbaciones en la marcha de la económica.

En este contexto se produjo la restauración democrática con la presidencia del justicialista Héctor Cámpora, el 25 de mayo de 1973. Las luchas internas dentro del partido se trasladaron a las instituciones representativas del gobierno. En junio regresó Perón al país y se produjo la “Masacre de Ezeiza”, donde una emboscada de la derecha peronista desde el palco de honor, arremete contras las columnas que venían a reencontrarse con su líder dejando un saldo de 13 muertos y 365 heridos.

En julio renuncia Cámpora y convoca a elecciones. En septiembre, es consagrado Perón como presidente y María Estela Martínez como vicepresidente. La ansiada pacificación del país con la vuelta del líder pronto demostró ser una ilusión. La situación empeoró aún más con la muerte del Perón el 1° de julio de 1974.

En el plano económico, el país tuvo un desempeño satisfactorio hasta 1975, pese a los pronósticos apocalípticos generados desde la oposición y los deseos de los sectores juveniles que pretendían una profunda transformación estructural de la argentina. Al inicio del período aún sobrevivía un modelo semicerrado de sustitución de importaciones, con fuerte presencia del capital extranjero en el segmento más moderno de la industria y con una marcada presencia del Estado. 

Sin embargo, la balanza de pagos mostraba resultados negativos; Las actividades industriales complejas poseían un escaso desarrollo; los productos con alto valor agregado no formaban parte sustancial de las exportaciones. El desarrollo del mercado interno encontraba limitaciones para expandirse debido a la distribución regresiva del ingreso, producto de las políticas económicas anteriores.

El nuevo gobierno intentó un relanzamiento del crecimiento económico. El plan se proponía como objetivos para lograr la independencia económica: la plena vigencia de la justicia social, una fuerte expansión de la actividad económica, una alta calidad de vida, la unidad nacional y el desarrollo económico de las regiones atrasadas.

El plan comenzó a ser implementado en la primera etapa del gobierno con el apoyo de la oposición en el parlamento. Se establecieron actas de compromiso entre la Confederación General  del Trabajo, la Confederación General Económica y el Estado para concertar acuerdos de crecimiento e inversión. A nivel provincial se implementaron programas de reforma agraria que contemplaban la expropiación de tierras para ser entregadas a minifundistas con apoyo de créditos y asistencia técnica.

Estas medidas buscaron fortalecer el rol del Estado regulador, afirmar una política de redistribución progresiva de los ingresos y recuperar la autonomía económica nacional. Sin embargo, desde mediados del ´74 comenzaron a manifestarse signos de deterioro del plan, luego del fallecimiento de Perón. A esta situación se agregó el rerudecimiento de la violencia, en especial la ejercida por el Estado a través de la tristemente célebre Triple A.

La reorientación de esta política económica, a mediados de 1975, conocida como el “Rodrigazo”, pone fin al período y desencadena serias convulsiones sociales. Desde el poder político se comenzó un proceso de transformación, mediante el ajuste, devaluación y congelamiento de salarios, de la economía argentina en el marco de la estrategia neoliberal propuesta por el capitalismo mundial.
La necesidad de que el modelo de crecimiento se ajuste a esta nueva estrategia, donde van a beneficiarse los intereses del capital financiero concentrado, provoca el Golpe Militar de marzo de 1976.

AUTORITARISMO Y REGRESIVIDAD ECONÓMICA (1976-1983)

El Golpe se produce en una situación de caos generalizado, de violencia y persecución ideológica desde el Estado, que había llegado a niveles intolerables. La sociedad asistió a la llegada del nuevo “orden” sin manifestar oposición visible.

El contexto económico y político internacional ayuda a comprender mejor la situación de nuestro país. Hacia fines de la década del ´60 y comienzos de los ´70, los países centrales vieron caer las tasas de ganancia de sus principales empresas, el debilitamiento de la productividad, el incremento de la inflación y el déficit del sector público. En 1973, un hecho sorpresivo, se produce la elevación del precio del petróleo en un 300% determinado por los países productores. El sistema bancario de los países centrales capta los excedentes monetarios de los países productores de petróleo, incapaces de invertirlos productivamente en sus propios países.

Esta situación modificó el enfoque económico de los países centrales impulsando un nuevo modelo conocido como el “enfoque monetarista”. Éste, busca desmantelar la economía de bienestar o Keynesiana, adoptando una severa disciplina fiscal, aceptando un alto desempleo y liberando la movilidad de bienes y capitales. El enfoque monetarista supone que el mercado, funcionando sin restricciones, es el mejor regulador de los recursos disponibles y disciplinador de los comportamientos sociales.

El Estado de Bienestar debe dar paso al Estado subsidiario, que debe retirarse de su función intervencionista y reguladora para liberalizar la economía. Se debe reorientar y abrirse a las corrientes internacionales de bienes y dinero. Los países periféricos se convierten en tomadores de los fondos excedentes producidos por los “petrodólares”.

Para incorporar a la argentina a este enfoque era necesario tomar el poder político. La banca externa, los sectores empresarios asociados al capital internacional y los sectores más concentrados de la actividad agropecuaria, promueven el Golpe de Estado. El gobierno militar pone a disposición de sistema financiero internacional  los principales puestos del área económica. El Ministerio de Economía es ocupado por José Alfredo Martínez de Hoz, miembro del directorio del Chase Manhattan Bank en Argentina; el Secretario de Hacienda, Juan Alemann, representaba en la Argentina a la Unión de Bancos Suizos.

El principal objetivo de la política de Martínez de Hoz fue sustituir el mercado financiero existente por otro que tuviera una elevada liquidez y facilidad de entrada y salida de capitales en estrecha conexión con el exterior. Los instrumentos de la política económica fueron cinco: 

1) Liberalización del sistema de precios máximos, disminuyendo los aranceles de importación. El objetivo era igualar los precios internos con los externos. Se reducen las retenciones a las exportaciones del sector primario. Su resultado fue el aumento significativo del precio de los productos en el mercado interno.
2) Se eliminaron las convenciones colectivas de trabajo y se congelaron los salarios.
3) La reforma financiera de 1977 permitió abandonar el control, por parte del Banco Central, de la política financiera, favoreciendo al sector financiero concentrado interno y externo.
4) La eliminación de precios mínimos que aseguraban la producción de cereales y las leyes de promoción industrial, la interrupción de los programas de reforma agraria. El impacto de las medidas debilitó la capacidad negociadora de los pequeños productores en los mercados internacionales.
5) La política de estabilización de precios buscó igualar los precios del mercado interno con los del mercado internacional.

Esta política prosiguió hasta 1981, provocando la reacción de los sectores más perjudicados y un retroceso en la actividad industrial destinada al mercado interno y a la exportación. El P.B.I industrial de 1983 fue un 15% menor que el de una década atrás, en 1973. Este fenómeno no es común en la historia de las sociedades. Las elevadas tasas de interés y la apertura externa alentaron la importación sustitutiva y el deterioro del poder adquisitivo del salario.

Entre 1981 y 1983 se continúo con esta política económica con fuertes ajustes. La Guerra de Malvinas buscó recuperar la popularidad del proyecto y asegurar la continuidad del gobierno militar. La derrota de esta aventura bélica descabellada fue el detonante hacia la transición democrática. La institución del endeudamiento externo fue un factor perturbador de las economías periféricas como la argentina. El problema de la deuda externa se acentuó al estatizarse las deudas contraída por las empresas privadas con bancos del exterior bajo la gestión de Domingo Cavallo en el Banco Central.

Los grupos favorecidos por este proceso fueron los oligopolios y empresas transnacionales que impusieron una nueva modalidad de acumulación que desencadenó una profunda crisis económica. Los perjudicados por la aplicación del modelo monetarista fueron los sectores asalariados y los pequeños y medianos empresarios, así como las grandes empresas nacionales asociadas a estos segmentos del mercado interno.

Este proceso se lo conoce como la “Década Perdida”. Hacia principios de 1982, el fracaso de la estrategia económica y el fracaso de la guerra de Malvinas obligaron al régimen militar a restablecer las instituciones democráticas. El 30 de octubre de 1983 fueron reemplazados por autoridades legítimamente elegidas, dejando al descubierto la extrema gravedad de la herencia económico-social y las secuelas de la represión con miles de asesinatos y desaparecidos.

ACTIVIDADES: 

Consignas: Leer el texto anexo y responder las siguientes preguntas.

1)¿ En qué contexto interno y externo se produce el golpe de Estado de Marzo de 1976?
2)¿ Qué grupos sociales impulsan el golpe del ´76?
3) ¿Cómo se caracteriza el nuevo enfoque “monetarista”?
4) ¿A qué sectores representan los titulares del ministerio de economía y hacienda?
5) ¿Que política económica impulsa Martínez de Hoz y cómo la instrumenta?
6) ¿Cuáles son las consecuencias sociales y económicas que produce esta política económica?
7) ¿Qué causas determinan el fin de la dictadura de 1976?

viernes, 7 de septiembre de 2012

LA PENETRACION DEL CAPITAL EXTRANJERO

Ver anterior: LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES.

LA PENETRACIÓN DEL CAPITAL INTERNACIONAL (1952-1972)

La finalización de la guerra de Corea, en 1953, marcó el fin de la demanda internacional de productos alimenticios y la baja de sus precios. Esta situación provocó la desintegración del bloque de poder peronista y demostró la incapacidad del campo para sostener el proceso de desarrollo industrial.
Se hicieron frecuentes los enfrentamientos entre el sector obrero y la burguesía industrial, y el gobierno no pudo sostener habitual su política  de arbitraje. Los salarios quedaron retrasados frente a la inflación y se multiplicaron las huelgas obreras. Por otra parte, el peronismo también tuvo enfrentamientos con los sectores militares y con la Iglesia. El descontento social fue canalizado por los partidos tradicionales como el radicalismo que comenzó a combatir al peronismo.
La única salida posible para el peronismo fue la apertura de la economía a los capitales extranjeros para promover el desarrollo industrial. La Ley de Radicación de Capitales de 1953 incentivó las inversiones extranjeras hacia las actividades mineras e industriales y estableció un régimen de promoción industrial que beneficiaba con exenciones impositivas a ciertas actividades. El gobierno firmó contratos con empresas petroleras norteamericanas modificando su postura frente a los EE.UU.
Las contradicciones de esta etapa del peronismo, sumadas al levantamiento militar, provocaron la caída de Perón. La llamada “Revolución Libertadora” de 1955 fue apoyada por distintas fracciones de la burguesía en las que destaca el sector agrario tradicional, quien logra reconstruir su predominio con el apoyo de partidos de clase media como el radicalismo.
El gobierno militar buscó hacer frente a la crisis económica aplicando un plan de estabilización de precios, congelamiento de salarios y reducción de los gastos del Estado. Se procuró a estimular la producción agraria mediante devaluaciones de la moneda que se reflejaron en una traslación de ingresos hacia el campo. Por otra parte, Argentina, ingresó al F.M.I y al Banco Mundial para acceder al mercado de capitales con la consecuente pérdida de autonomía en la política económica nacional.
En 1958, con el peronismo excluido, ganó las elecciones nacionales el radical Arturo Frondizi. Su política económica se orientó al desarrollo de las industrias básicas como el petróleo, la química y la siderurgia, con el aporte de capital internacional. En un principio estos capitales reactivaron la economía estimulando el crecimiento de las industrias asociadas a las industrias básicas ampliando el mercado de la mano de obra y la ocupación. Si bien en un principio parecían dadas las condiciones para lograr la participación de los sectores populares en los beneficios del crecimiento industrial, pronto se fueron percibiendo los resultados de fondo propios del nuevo modelo “desarrollista”.
La acción del capital internacional colocó en una situación de desventaja a los sectores industriales que habían prosperado en el período de sustitución de importaciones. Las grandes corporaciones, con el aporte de una alta tecnificación,  poseían una mayor productividad y absorbían menos mano de obra que las industrias locales. Por otra parte, el ingreso de capitales extranjeros condicionaba a la política económica nacional. Para que éstos invirtieran en nuestro país, el Estado debía garantizar políticas de estabilización monetaria y restricción del gasto público que afectaban directamente a las clases medias y populares. Esta situación agudizaba el problema político; la presión obrera no sólo exigía mejoras salariales sino también la legalización del peronismo.
Sumado a la presión obrera se sucedieron constantes “planteos” militares que exigían la implementación autoritaria del programa de modernización. El gobierno de Frondizi, ante la imposibilidad de derrotar  al peronismo en las elecciones provinciales de 1962, fue derrocado por un golpe militar. El último intento para salvar el sistema democrático representativo fue llevado a cabo en 1963 por el gobierno de Arturo Illia, quien representaba a la U.C.R.P.  La Unión Cívica Radical del Pueblo fue una agrupación política dividida de la UCR que, sobre una base de clase media, intentó incorporar al peronismo sin darle el poder y realizar a su vez la obra modernizadora.
Su gobierno se mostró ineficaz al tratar de imponer una tímida aplicación de la doctrina de la CEPAL. La amenaza del triunfo del peronismo en las elecciones de 1965 y la radicalización de sus métodos de lucha sumados al fracaso económico provocaron su caída en 1966. Había quedado en evidencia la incapacidad de la política para adaptar a la Argentina a las condiciones creadas por el capitalismo internacional que hacía necesario realizar cambios profundos y poco populares.
La solución más coherente fue la “Revolución Argentina” que puso a las Fuerzas Armadas en el poder, asistidas por eficientes tecnócratas que respondían a los intereses del capital internacional más concentrado. El nuevo orden representado por el capital monopólico respaldado por las Fuerzas Armadas se definió como autoritario y no democrático. Utilizando un doble juego de represión y soborno a los sectores más privilegiados del movimiento obrero, llevó adelante el plan de modernización.
El plan “Krieger Vasena” impuso la estabilidad monetaria mediante el congelamiento de precios y salarios, la contención de la inflación, la reducción del gasto público, la racionalización administrativa y la elaboración de instrumentos legales que favorecían la libre acción de las inversiones extranjeras.
La dictadura impuesta por la “Revolución Argentina” fracasó en su intento de perpetuarse en el poder. En un clima de inestabilidad política y violentas represiones, fue aumentando el accionar de organizaciones armadas clandestinas como el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), Montoneros y las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). El aumento de la conmoción social no podía ser contenida y, en 1972,  se optó por la apertura democrática con participación del peronismo sin Perón. No era posible gobernar con falta de legitimidad y sin consenso de las masas populares.
Desde sus comienzos, la Revolución Argentina, buscó atraer a los capitales extranjeros otorgando privilegios para que invirtieran en actividades mineras e industriales. Gradualmente se fueron ampliando los privilegios llegando a permitirse la libre transferencia de utilidades y capitales sin ningún tipo de control por parte del Estado.
Hacia 1965 las inversiones de los EE.UU. representaban el 50% de los capitales extranjeros. Atraídos por los privilegios y el mercado creado por la política proteccionista del peronismo, un reducido grupo de grandes corporaciones monopólicas se orientaron a la producción petroquímica, siderúrgica, automotriz y electrónica.
Si bien estas inversiones representaban un aporte positivo en el momento de su ingreso, el giro de utilidades sin ningún tipo de control, crearon un problema en la balanza de pagos. El sector agrario, pese a las repetidas devaluaciones de la moneda para aumentar su competitividad, demostró ser incapaz de producir las divisas necesarias para equilibrar la balanza de pagos. Por otra parte, las exportaciones de productos industriales chocaron con las barreras arancelarias levantadas por Estados Unidos.
Este modelo impulsó la dependencia del sistema productivo argentino que adoptó las pautas de funcionamiento del sistema internacional. La imposición de criterios de eficiencia aceleró la concentración monopólica y las grandes empresas fueron subordinando a las demás. El sistema productivo se dividió entre sectores modernos y eficientes y los sectores antiguos, que no pueden incorporarse a la modernización y quedan cada vez más atrasados. Lo mismo sucede con la mano de obra. Dentro de esta política se estimuló la liquidación de zonas que no eran eficientes, como el Chaco algodonero y el Tucumán azucarero.
La nueva forma de dependencia tecnológica-industrial tiene como protagonista a las empresas multinacionales. Éstas se caracterizan por disponer de vastos recursos financieros, permanente actualización tecnológica que aumenta su productividad y el control de múltiples mercados nacionales en forma simultánea.
El rol de Estado se concentró en inversiones en infraestructura en las zonas de mayor demanda. La realización de obras viales, redes de oleoductos y gasoductos, y la generación de energía eléctrica caracterizan a este período.

Adaptación de ROFMAN, A Y ROMERO L.A,  SISTEMA SOCIOECONÓMICO Y ESTRUCTURAL REGIONAL EN LA ARGENTINA, Amorrou, Bs. As. 1998. P-p 203-243.
ACTIVIDADES:
a)      ¿Por qué causas el año 1953 marca el fin del modelo de sustitución de importaciones?
b)      Justificá la siguiente frase: “El peronismo del ´53 al ´55 cae en una contradicción.”
c)       Identificá los grupos sociales que impulsan el golpe del ´55.
d)      Explicá en que consiste el “desarrollismo.”
e)      ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas del “desarrollismo”?
f)       Compará la composición de los grupos sociales que impulsan el golpe del ´55 y el del ´66.
g)      Definí las características  y consecuencias del plan de modernización.
h)      ¿Cuál es el rol del Estado durante el período ´55 /”72.
i)        Organizá  una línea de tiempo política del período.
j)        Elaborá, mediante argumentos, un juicio de valor sobre este período de la historia argentina.

INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES

EL MODELO  DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (1930 – 1952)

La crisis económica mundial desorganizó el sistema económico argentino, basado en la exportación de productos agropecuarios. La crisis y la posterior guerra mundial debilitaron los vínculos de dependencia permitiendo a los grupos dominantes una mayor autonomía en la toma de decisiones.
La nueva organización del mercado mundial estuvo marcada por una situación desfavorable para los productos primarios, por la disminución de las inversiones internacionales y la implantación de barreras proteccionistas en los países centrales.
Este proceso de cambios impactó en la economía nacional e impulsó  modificaciones profundas que provocaron el fin del modelo agroexportador y dan lugar a un modelo de “sustitución de importaciones”.
Luego de la crisis se diferencian dos etapas en la estructuración del poder. La primera es conocida como “la década infame” y comienza con el golpe de estado de 1930 hasta el golpe de 1943. La segunda etapa esta signada por el desarrollo del peronismo.
La crisis de 1930 abrió en Argentina un proceso de expansión y desarrollo industrial basado en la sustitución de importaciones. Este proceso no alteró la estructura social argentina, por el contrario, la oligarquía terrateniente, núcleo del sector dominante, se adaptó a las nuevas condiciones y lideró la nueva organización. A diferencia de los procesos de desarrollo europeos, en nuestro país, no se originó un grupo industrial autónomo y enfrentado con el sector terrateniente sino que surgió dentro de éste último.
La respuesta a la crisis mundial por parte de la oligarquía consistió en recuperar el poder político desplazando al radicalismo yrigoyenista que había alcanzado el poder desde la cración de la ley Saenz Peña, por medio de un golpe de estado. La acción de la oligarquía se caracterizó por una activa intervención del estado con el objetivo de salvar el sistema económico en su totalidad.
Como respuesta a un mercado externo que había disminuido sus demandas de productos primarios (con la consiguiente disminución de sus precios internacionales que provocó un deterioro en los intercambios comerciales con los países centrales) el Estado adoptó la política de regular la producción y comercialización de productos agropecuarios mediante la Junta Nacional de Granos y Carnes.
 Su función consistía  en limitar la producción con el fin de sostener los precios de estos productos disminuyendo su oferta en el mercado. El Estado logró, de esta manera, asegurar la renta agraria para los grandes terratenientes arruinando a pequeños hacendados acentuando el proceso de concentración de las tierras.
El problema más grave fue el peso que adquirió el pago de la deuda externa lo cual obligó superar la falta de divisas. Con esta finalidad se procedió a limitar las importaciones; se cerró la caja de conversión, se impusieron controles de cambio y se creó el Banco Central. Este nuevo período estuvo fuertemente influido por la intervención directa del Estado en la economía.
La alianza estratégica entre argentina y Gran Bretaña que había caracterizado al modelo agroexportador se vio perjudicada en esta etapa por barreras proteccionistas, impuestas por esta última, que otorgaban  preferencia a sus dominios para la importación de carnes. El Estado firmó el Pacto Roca- Runciman para obtener la asignación de una cuota en el mercado de carnes inglés a cambio de un trato preferencial de la inversiones inglesas en Argentina que colocó a la Argentina en una situación de semi-colonia.
Este tratado limitaba los beneficios al sector más importante de productores ganaderos, los invernadores (dueños de grandes extensiones donde engordan al ganado), directamente relacionados con los frigoríficos. Los criadores establecidos en las zonas marginales quedaron subordinados a los invernadores. La conducción del Estado, a partir de 1930 quedó subordinada a los invernadores, vinculados al capital financiero internacional radicado en el país. 
El pacto Roca- Runciman fue el primer paso para recuperar el mercado perdido con la crisis mundial. La persistencia de la crisis los impulsó a buscar una alternativa que se ajustara mejor a la nueva situación. La alternativa más conveniente fue el desarrollo de la actividad productiva orientada al mercado interno. Se elaboró un plan de protección y estímulo a la industria local llamado plan de Reactivación industrial, conocido como plan Pinedo, en 1940.
Se estableció un severo control de algunas importaciones tendiente a equilibrar la balanza de pagos y se estimuló el crédito industrial en los proyectos estatales. Sin embargo, la industria tenía un modesto campo de acción y sus capitales se encontraban estrechamente vinculados a los sectores agropecuarios y con los capitales extranjeros. Esto explica los beneficios que obtuvo el grupo dominante estimulando la expansión de ese sector y explica también el desinterés por un crecimiento industrial más amplio.
La industrialización se limitó a abastecer el mercado interno alcanzando un intenso incremento de la producción sobre la capacidad industrial ya existente, y una rápida acumulación de capital gracias al poder del grupo dominante para reducir al mínimo los ingresos del sector obrero. La resistencia del sector obrero se vio limitada tanto por la recesión y el desempleo como por la debilidad de la organización sindical.
Sin embargo, la industrialización aceleró el proceso de migraciones internas que, empujadas por la crisis del sector agrícola, engrosaron la población del Gran Buenos Aires y se incorporaron al sector obrero. Esta situación modificó lentamente el equilibrio logrado por el grupo dominante. La acción sindical de los trabajadores se orientó hacia la obtención de mejores salarios y condiciones de trabajo. La ola de huelgas entre 1939/1942 fue el elemento que movilizó los cambios de la estructura de poder en la etapa siguiente.

La etapa 1943-1952

A partir de 1943 se produce en Argentina una experiencia política conocida como nacionalismo popular. Su rasgo más notable frente a otras experiencias latinoamericanas fue que surge cuando las posibilidades del proceso de sustitución de importaciones ya habían encontrado su límite. El proceso de sustitución de importaciones se acelera a partir de 1940 por causa de la Segunda Guerra Mundial.
El desarrollo industrial que hasta entonces se había limitado a industrias ya instaladas adquirió un nuevo mercado por la guerra: repuestos, metalurgia, etc. Por otra parte, la coyuntura provocada por la guerra creó una nueva demanda de productos agropecuarios, junto al alza de sus precios, produciendo el ingreso de gran cantidad de divisas y saldos comerciales favorables que convirtieron a la Argentina en acreedora de los países centrales.
Del golpe de 1943 surge un grupo militar partidario de una industrialización de base que asegurase la independencia económica de la nación, llevando el proceso de industrialización más allá de los límites impuestos hasta entonces por el sector oligárquico. En torno a este grupo se aglutinó un sector de industriales autónomos de la antigua fracción terrateniente y el sector obrero.
El movimiento peronista se presentó como una alianza entre los sectores más nuevos y pujantes de la burguesía industrial y la clase obrera, organizada y amparada por el Estado. Este ofició de árbitro entre las tensiones que se generaban en el desarrollo de ambos grupos. Sin embargo, nunca intentó afectar el interés, ni el fundamento del poder de los grandes terratenientes: las tierras.
Una parte de las políticas básicas del peronismo fue la distribución de los ingresos con el fin de ampliar el mercado interno impulsando la industria de los bienes durables. La mayor demanda de productos de consumo orientó a volcar los esfuerzos económicos hacia ese tipo de industrias abandonando el proyecto industrializador, de base en la industria pesada, del ejército. Este tipo de política económica sólo era sostenible en tanto y en cuanto fueran compatibles las variables de acumulación y la redistribución de los ingresos.
El proyecto industrial por sustitución de importaciones que correspondió a la década del treinta y que fue retomado por el peronismo, tendía a beneficiar a las industrias de consumo que se beneficiaban con medidas de protección y estímulo. En un principio fue la industria textil que era fácil de desarrollar, pues se poseían las materias primas e incorporaba a una gran cantidad de mano de obra. La Segunda Guerra mundial extendió la ampliación de las ramas industriales que abastecían al mercado interno. Este proceso concentró el interés del Estado y paralizó los intentos de desarrollo de las inversiones en la producción de bienes de capital.
La nueva orientación del proceso de sustitución de importaciones creó una estructura de coexistencia entre grandes empresas de tipo semimonopólicas con alta concentración y una gran cantidad de pequeñas empresas. La expansión de esta segunda etapa estuvo signada por la utilización intensiva de la capacidad instalada, siendo escasa las inversiones en mejoras tecnológicas generando una dependencia de su subsistencia asociada a la protección estatal. El resultado fue un estancamiento del desarrollo industrial a partir de 1947.
La sustitución de importaciones, al no modificar profundamente las estructuras de producción argentinas, pronto alcanzó sus límites. Esta situación derivó pronto en una mayor dependencia con el exterior de donde  provenían los insumos industriales necesarios para abastecer a las industrias productoras de bienes de consumo. La agricultura y la ganadería fueron incapaces de producir las divisas necesarias para adquirir estos bienes de capital.

Adaptación de ROFMAN, A Y ROMERO L.A,  SISTEMA SOCIOECONÓMICO Y ESTRUCTURAL REGIONAL EN LA ARGENTINA, Amorrou, Bs. As. 1998. P-p 109-202

ACTIVIDADES:

1) Describí el contexto mundial en el que se desarrolla este período desde 1930 hasta 1952?
2) ¿Qué estrategia utiliza el sector terrateniente para recuperar el control político del Estado?
3) ¿Por qué se diferencias dos etapas dentro del proceso de conformación del modelo de sustitución de importaciones?
4) ¿Cómo evoluciona la conformación del grupo dominante en las fases de este modelo?
5) ¿Cómo evoluciona el rol del Estado en estas etapas?
6) ¿En qué aspectos repercuten las migraciones internas sobre la organización del movimiento obrero?
7) ¿Cuáles son los límites de las dos etapas de este modelo?
8) Realizá un cuadro comparativo donde se expresen las diferencias entre las dos etapas del modelo de sustitución de importaciones. Oganizálo de acuerdo a las siguientes categorías: Contexto internacional- Grupos dominantes – Rol del Estado - situación de la clase trabajadora – actividades económicas-
9) Anailizá el cuadro de la segunda fase del modelo y explicá que sucede con la balanza comercial en este período.


jueves, 6 de septiembre de 2012

GOLPE DE ESTADO DE 1930


Ver anterior: LA REFORMA UNIVERSITARIA 

En 1928, Yrigoyen fue reelecto Presidente, pero su segundo gobierno se desarrolló dentro de un panorama económico internacional muy complicado, por la profunda crisis desatada en 1929 y por la creciente oposición interna (representada por los terratenientes, las empresas extranjeras dedicadas a la explotación del petróleo,  los periódicos (Crítica, La Nación y La Prensa, entre otros), y el ejército) , resentida con Yrigoyen por la arbitrariedad con que otorgaba los ascensos y las partidas presupuestarias.

Desatada la crisis económica internacional de 1929, el gobierno nacional actúo con lentitud para remediar el impacto interno. Los ingresos de la aduana disminuyeron a causa de la caída del comercio internacional, numerosas empresas y comercios quebraron, el peso perdió valor con la consecuencia baja de los salarios y aumentos de la desocupación.

Todos los factores mencionados se juntaron y los terratenientes y exportadores buscaron el apoyo de los sectores descontentos del ejército, culminando el 6 de setiembre de 1930 con un golpe militar encabezado por Agustín P. Justo y José F. Uriburu, que derrotó al gobierno de Yrigoyen, y la oligarquía terrateniente retomó el control del Estado.

Ver siguiente: INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES.

LA REFORMA UNIVERSITARIA

Ver anteriror: RADICALISMO: POLÍTICA SOCIAL

Los estudiantes


Durante el primer gobierno radical se produjo un movimiento estudiantil que reclamaba la Reforma Universitaria. Este movimiento surgió en Córdoba y se extendió no solo a otras universidades nacionales sino latinoamericanas, reclamaba el gobierno autónomo de las Universidades con la participación de los estudiantes, egresados y profesores; docencia libre, asegurando la existencia de cátedras paralelas a las existentes o nuevas, y asistencia a clase en forma libre, además de reivindicar la unidad latinoamericana y la solidaridad con los obreros. Como consecuencia de este movimiento, en 1918 las universidades reformaron sus estatutos y posibilitaron la puesta en práctica de las medidas solicitadas a excepción de la unidad latinoamericana y obrera, que no dejaron de ser sólo una declaración de deseo.

Ineficaz en el terreno económico, en el que no se adoptaron medidas de fondo ni se previeron las consecuencias del cambio que se operaba en el sistema mundial después de la guerra, el gobierno de Yrigoyen fue contradictorio en su política obrera, paternalista frente a los casos particulares, pero reaccionaria frente al problema general del crecimiento del proletariado industrial. Sin embargo, satisfizo a vastos sectores que veían en él un defensor contra la prepotencia de las oligarquías y un espíritu predispuesto a facilitar el ascenso social de los grupos marginales. 

Cuando Yrigoyen concluyó su presidencia, su prestigio popular era aún mayor que al llegar al poder. A él le tocó designar sucesor para 1922, y eligió a su embajador en París, Marcelo T. de Alvear, radical de la primera hora, pero tan ajeno como Yrigoyen a los problemas básicos que suscitaba la consolidación del poder social de las clases medias. Aunque los dos representaron en sus gobiernos al partido radical, eran muy diferentes entre sí y representaban a distintos sectores sociales.

Yrigoyen fue quien definió y representó al radicalismo, al más característico del período. Es él quien enarbola la nueva postura del Estado y de la administración de la cosa pública que le valió el nombre de "la causa" que encarnaba lo honesto, lo puro, la verdad del sufragio, la defensa de la Constitución, todo esto frente a la corrupción del pasado "régimen" como se dio en llamar al gobierno de la etapa anterior. 

Esta diferencia se pone de manifiesto con la división del partido en dos corrientes internas que hizo eclosión a partir de 1922 con el surgimiento de la corriente interna del "antipersonalismo" que apoyaba a Alvear, que expresaba los intereses tradicionales de la elite, que veían de mala manera el populismo y el personalismo de Yrigoyen.

Ver siguuiente: EL GOLPE DE ESTADO DE 1930.






RADICALISMO: POLÍTICA SOCIAL

Ver anterior: LAS PRESIDENCIAS RADICALES

 Con la llegada del radicalismo se produce un cambio de los grupos políticos dirigentes con respecto a las clases populares. Hasta aquí las demandas de mejoras de la clase obrera habían sido respondidas con represión y deportación de los dirigentes obreros extranjeros. Dentro del nuevo marco político, el Estado, va asumir otro rol que tiene que ver con la tolerancia, el arbitraje y conciliación de los conflictos aunque no faltó la represión como respuesta.
Un ejemplo de arbitraje se produce ante la Huelga de la Federación de Obreros Marítimos que estalla el 20 de noviembre de 1916, se consigue que el gobierno actúe de árbitro entre los trabajadores y los patrones, lográndose mejoras para los primeros.La tolerancia y el apoyo a los obreros puede verse, también, en la huelga de los ferroviarios de setiembre de 1917. Los ferroviarios pedían la derogación de un artículo de la ley de jubilaciones, ante lo que los patrones piden al gobierno que envíe tropas para reprimir. La respuesta fue un decreto del gobierno anulando el polémico artículo y un aumento general de sueldos y salarios, aunque la represión armada también existió y cobró varias vidas.
La tolerancia va abriendo camino hacia la represión que es muy dura entre los años 1918 y 1921. De esta fecha son los más tristes y lamentables hechos represivos, como fueron los de la "semana trágica" en 1919, los de las huelgas agrarias también en 1919 y los de Patagonia en 1921.
La "semana trágica" comenzó con una huelga de los obreros de los talleres Metalúrgicos Vasena que generó tiroteos entre policías bomberos contra los obreros y vecinos del lugar. Al ir a sepultar los restos de los fallecidos, la multitud que acompañaba el cortejo fúnebre es atacada por efectivos policiales, nuevamente hay muertos y heridos. La Central Obrera declara la huelga general y se paraliza casi todo el país. El General Dellepiane ingresa en la capital con las tropas de campo de mayo, el gobierno pierde el control de la situación que queda en manos de Dellepiane, quien reprime y logra restablecer el orden.
También en 1919 se inició una huelga campesina encabezada por los arrendatarios que en poco tiempo abarcó toda la zona pampeana, la primer respuesta del gobierno fue la represión (que no alcanzó las características sangrientas de la anterior), aunque luego se elevó un proyecto de la ley al Congreso que no modificaba en esencia los contratos de arrendamientos, aunque los retocaba.
En la Patagonia los peones rurales comienzan una huelga solicitando mejoras en las condiciones de vida, lo que produjo una represión durísima por parte del ejército, donde docenas de peones fueron perseguidos, torturados y fusilados.
En cuanto a la legislación obrera se introdujeron algunas innovaciones importantes como leyes nacionales, que serían la base para legislación posterior: se reglamentó el trabajo a domicilio, se estableció las condiciones de trabajos a las que podían ser sometidos los niños, se prohibió el trabajo nocturno en las panaderías y se limitó la jornada laboral a 8 horas diarias y 48 semanales.

Ver siguiente: LA REFORMA UNIVERSITARIA.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

LA REPÚBLICA RADICAL (1916-1930)


Ver anterior: LA LEY SAENZ PEÑA, 1912.

1916-1930 LA REPUBLICA RADICAL

Los sectores sociales que llegaron al poder con el triunfo del radicalismo eran muy diferentes a la generación del 80. El radicalismo, que en sus comienzos expresaba las aspiraciones de los sectores populares criollos apartados de la vida pública por la oligarquía, había luego acogido también a los hijos de inmigrantes que aspiraban a integrarse en la sociedad, abandonando la posición marginal de sus padres. Así adquiría trascendencia política el fenómeno social del ascenso económico de las familias de origen inmigrante que habían educado a sus hijos.

Las profesiones liberales, el comercio y la producción fueron instrumentos eficaces de ascenso social, y entre los que ascendieron se reclutaron los nuevos dirigentes políticos del radicalismo. Deseaban seguir conquistando prestigio social a través del acceso a los cargos públicos, preocupación que en muchos casos era mayor que la de servir a los intereses colectivos.

Yrigoyen llegó al poder en 1916 como indiscutido jefe de un partido que había intentado repetidas veces acabar con el "régimen" conservador por el camino de la revolución. Yrigoyen representaba "la causa", que entrañaba la misión de purificar la vida argentina. Pero, triunfante en las elecciones, Yrigoyen aceptó la herencia  del conservadorismo: los gobiernos provinciales, el parlamento, la justicia y, sobre todo, la estructura económica en el que basaba la vieja oligarquía. Sin duda, le faltó audacia para emprender una revolución desde la presidencia; pero no es menos cierto que su partido estaba constituido por grupos  marginales que aspiraban más a incorporarse a la situación establecida que a modificarla. Lo cierto es que el cambio político y social que pareció traer consigo el triunfo del radicalismo quedó frustrado por la pasividad del gobierno frente al orden constituido. 

Frente a la dispersión de los grupos conservadores, el Partido Radical tenía una fuerte organización. Se iniciaba en los locales partidarios o comités distribuidos por todos los barrios, a través de los cuales hacían conocer sus propuestas los electores. A su vez, los comités dependían de organismos centralizados que permitían la unidad y la coherencia en la toma de decisiones. Para mantener la solidez del radicalismo, Yrigoyen fomentó el sistema de patronazgo sostenido por los dirigentes locales, llamados “caudillos” o “punteros”, que, a cambio de algunos favores esperaban el agradecimiento en forma de votos. Pese a toda esta organización, en el partido no faltaron problemas: en cada provincia abundaban grupos internos que luchaban por alcanzar el control del aparato partidario. 

Como imitaciones de la gran figura del caudillo nacional, comenzaron a aparecer en diversas provincias caudillos locales populares que dieron a la política un aire nuevo. José Néstor Lencinas en Mendoza o Federico Cantoni en San Juan fueron los ejemplos más señalados, pero no sólo aparecieron en el ámbito provincial, sino que aparecieron también en cada departamento o partido y en cada ciudad. El caudillo era un personaje de nuevo cuño, antiguo y moderno a un tiempo, primitivo o civilizado según su auditorio, demagógico o autoritario según las ocasiones; pero, sobre todo, era el que poseía influencia popular suficiente como para triunfar en las elecciones ejerciendo, como Yrigoyen, una protección paternal sobre sus adictos. 

A diferencia de los políticos conservadores, un poco ensoberbecidos y distantes, el caudillo radical se preocupaba por el mantenimiento permanente de esta relación personal, de la que dependía su fuerza, y recurría al gesto premeditado de regalar su reloj o su propio abrigo cuando, se encontraba con un partidario necesitado, a quien además ofrecía un vaso de vino en cualquier cantina cercana, o se ocupaba de proveer médico y medicinas al correligionario enfermo, a cuya mujer entregaba después de la visita un billete acompañado de un protector abrazo. Y cuando llegaban las campañas electorales, ejercitaba una dialéctica florida llena de halagos para los sentimientos populares y rica en promesas para un futuro que no tardaría en llegar.

Fueron los caudillos o sus protegidos quienes llegaron a las magistraturas y a las bancas parlamentarias en los procesos electorales que siguieron a la elección presidencial de 1916, algunos todavía pertenecientes a familias tradicionales, pero muchos ya nacidos de familias de origen inmigrante. Pero a pesar de eso la estructura económica del país quedó intacta, fundada en el latifundio y en el frigorífico y el gobierno radical se abstuvo de modificar el régimen de la producción y la situación de las clases no poseedoras. 

La política económica radical no fue más que una continuación de lo actuado en el período anterior. La economía siguió basada en la producción primaria  agroexportadora. Empero, los precios del mercado internacional, aunque muy lentamente, comenzaron a bajar desde 1914 y los productos manufacturados que el país importaba empezaron a costar más en relación con el precio de los cereales. Así se fue creando una situación cada vez más difícil que condujo a una crisis general de la economía cuyas manifestaciones se hicieron visibles en 1929, al compás de la crisis mundial.

Una industria relativamente poco desarrollada, que había crecido durante la primera guerra mundial pero que se comprimió luego, una organización fiscal que obtenía casi todos sus recursos a través de los derechos aduaneros, y un presupuesto casi normalmente deficitario caracterizaron en otros aspectos la economía argentina durante la era radical.

Por el contrario, ciertos principios básicos acerca de la soberanía nacional, caídos en desuso, fueron   retomados por el radicalismo. Donde no había situaciones creadas, como en el caso del petróleo, Yrigoyen defendió enérgicamente el patrimonio del país. Durante el primer gobierno de Yrigoyen se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F) para impulsar la explotación del petróleo. Cuando Alvear asumió a la presidencia designó al Coronel Mosconi al frente de Y.P.F, quién logró darle un fuerte impulso con el objeto de lograr el autoabastecimiento y a eliminar la competencia privada.


ACTIVIDAD:
1) Identificá el grupo social, y cuales eran sus objetivos, que impulsa al radicalismo.
2) Describí la figura del "caudillo" y las formas en que se relacionaba con los votantes.
3) Explicá como se desarrolla la política económica de las presidencias radicales.
4) ¿ Cómo describirías la relación del radicalsimo con el movimiento obrero y por qué?

LA LEY SAENZ PEÑA DE 1912

Ver anterior: EL MOVIMIENTO OBRERO

La Ley Saenz Peña

En 1902 se produce una división en el Partido Autonomista Nacional por causa de la sucesión del presidente Julio A. Roca. El candidato propuesto por la junta del P.A.N. era el ex presidente Carlos Pellegrini. Sin embargo,  la decisión de Roca fue impulsar al abogado Manuel Quintana como candidato para las elecciones presidenciales de 1904. Por causa de este enfrentamiento los conservadores se fracturan en dos grupo: los "autonomistas nacionales" o roquistas, con su política de mantener el fraude electoral, y los "autonomistas" o pellegrinistas, que se separan del P.A.N.

FRAUDE ELECTORAL, CARICATURA DE JULIO ROCA.
El aumento de la agitación social reflejada en las revoluciones radicales, los atentados anarquistas y las huelgas obreras,  preocupaban  a los pellegrinistas. Los “autonomistas” deseaban encauzar  las protestas incorporando en el espacio político a los nuevos actores sociales. Para ello se hacía necesario ampliar la representación en el Congreso con los principales partidos opositores, la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista. De esa manera, se debilitaría a las dos grandes fuerzas sociales que enfrentaban al orden conservador: el sindicalismo y el anarquismo.

Con el apoyo de Roca, Quintana logró imponerse, por medio del fraude, en las elecciones nacionales en 1904. Los actos electorales se caracterizaban por dos aspectos: Por una parte, sólo una  mínima  parte de  la  población participaba  de los  mismos.  En  las  11 elecciones  Presidenciales previas a 1912 la participación  electoral  alcanzó  en promedio tan sólo el  1.7 %  de la población total.

Por otra parte, las elecciones eran manipuladas a través de diversos  mecanismos  de fraude  electoral.  Para votar era necesario empadronarse e integrar un Registro Electoral, en general,   el   fraude   comenzaba   con  la inscripción indebida y la omisión de nombres en el registro. Ciudadanos  ausentes y  aún  muertos  formaban parte de los registros. Otro mecanismo fue el utilizado por los comités partidarios que concentraban en lugares estratégicos a sus adherentes, donde  votaban  al  mismo tiempo.  Estas concentraciones de votantes dispersaban a la oposición, que no se atrevía a acercarse a los lugares habilitados para votar. Otro de los mecanismos consistía  en  “cambiar” los votos emitidos  a través de la destrucción y el remplazo de las boletas. También,  la compra de votos; los ciudadanos recibían un vale al emitir su voto y éste se transformaba en efectivo en el comité del  partido.

PROPORCIÓN DE VOTANTES EN ELECCIONES PRESIDENCIALES.
AÑO
PRESIDENTE
ELECTO
NÚMERO DE VOTANTES
POBLACIÓN
TOTAL
% DE VOTANTES
1862
Mitre
14,000
1,400,000
1.0
1868
Sarmiento
16,900
1,688,000
1.0
1874
Avellaneda
25,800
2,154,000
1.2
1880
Roca
52,800
2,640,000
2.0
1886
Juarez Celman
61,900
3,094,000
2.0
1892
L. Saenz Peña
77,200
3,858,000
2.0
1898
Roca
89,200
4,462,000
2.0
1904
Quintana
143,000
5,716,000
2.5
1910
R.Saenz Peña
199,000
7,092,000
2.8
Fuente: Statistical Abstract of Latin America, Cap. 34.   

En 1910 llegó a la presidencia Roque Saenz Peña. Su elección fraudulenta representa a un gobierno que comienza en el marco de la ilegitimidad y termina legitimado por el ejercicio honesto del poder. Desde el gobierno se propuso legitimar el sistema democrático mediante una reforma electoral.La reforma electoral promovida por Saenz Peña se estableció por medio de tres leyes: las leyes 8.129 y 8.130 de 1911, y la ley 8.871 sancionada en 1912.  La primera de ellas establecía el servicio militar obligatorio y  la unificación de los registros electorales con los registros militares.  La segunda encomendaba a los jueces electorales la formación de los padrones. Finalmente, la ley 8871 (usualmente llamada ley Saenz Peña), sancionada por el Congreso en 1812, estableció sobre la base de los nuevos padrones , el sufragio masculino universal, secreto y obligatorio para todos los ciudadanos nativos o naturalizados mayores de 18 años.
ARTÍCULO 77 DE LA LEY SAENZ PEÑA

Los objetivos de la nueva legislación eran claros: con el fin de promover la participación, el voto se hacía obligatorio; y para reducir al mínimo las acciones delictivas, se determinaba que el ejército se haría cargo de la custodia de las elecciones. Los métodos para hacer campaña electoral se modificaron , y el fraude electoral  ya no fue posible.

En las elecciones presidenciales de 1916, bajo la Ley Saenz Peña, se impone el candidato radical Hipólito Yrigoyen, con el 45,6 % de los votos, sobre el partido consevador con el 20%. La incorporación del nuevo electorado permitió la ampliación de la representación política de un amplio sector social, aumentando el porcentaje de votantes a un 75% de la población masculina adulta.

http://www.ucema.edu.ar/u/eez/Publicaciones/La_Ley_de_Sufragio_Universal_Secreto_y_Obligatorio/sec3.PDF

ACTIVDADES:
1) ¿ Qué posiciones se enfrentan y llevan a la ruptura del PAN EN 1902?
2) ¿ Identificá los mecanismos que le permitieron al PAN manipular los resultados electorales?
3) Explicá en un texto breve como se relacionan las tres leyes electorales de 1911 y 1912
4) Determiná que cambio se produce a partir de estas leyes.

Ver siguiente: LA REPÚBLICA RADICAL