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LA PENETRACIÓN DEL CAPITAL EXTRANJERO
LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA (1973-1983)
Esta etapa comienza con la dificultosa reinstalación de la institucionalidad democrática que tendrá una vida efímera. Su característica es una generalizada crisis social, política y económica. Los inicios de este período estuvieron marcados por enfrentamientos con alto costo de vidas, asesinatos impunes, persecuciones políticas y serias perturbaciones en la marcha de la económica.
En este contexto se produjo la restauración democrática con la presidencia del justicialista Héctor Cámpora, el 25 de mayo de 1973. Las luchas internas dentro del partido se trasladaron a las instituciones representativas del gobierno. En junio regresó Perón al país y se produjo la “Masacre de Ezeiza”, donde una emboscada de la derecha peronista desde el palco de honor, arremete contras las columnas que venían a reencontrarse con su líder dejando un saldo de 13 muertos y 365 heridos.
En julio renuncia Cámpora y convoca a elecciones. En septiembre, es consagrado Perón como presidente y María Estela Martínez como vicepresidente. La ansiada pacificación del país con la vuelta del líder pronto demostró ser una ilusión. La situación empeoró aún más con la muerte del Perón el 1° de julio de 1974.
En el plano económico, el país tuvo un desempeño satisfactorio hasta 1975, pese a los pronósticos apocalípticos generados desde la oposición y los deseos de los sectores juveniles que pretendían una profunda transformación estructural de la argentina. Al inicio del período aún sobrevivía un modelo semicerrado de sustitución de importaciones, con fuerte presencia del capital extranjero en el segmento más moderno de la industria y con una marcada presencia del Estado.
Sin embargo, la balanza de pagos mostraba resultados negativos; Las actividades industriales complejas poseían un escaso desarrollo; los productos con alto valor agregado no formaban parte sustancial de las exportaciones. El desarrollo del mercado interno encontraba limitaciones para expandirse debido a la distribución regresiva del ingreso, producto de las políticas económicas anteriores.
El nuevo gobierno intentó un relanzamiento del crecimiento económico. El plan se proponía como objetivos para lograr la independencia económica: la plena vigencia de la justicia social, una fuerte expansión de la actividad económica, una alta calidad de vida, la unidad nacional y el desarrollo económico de las regiones atrasadas.
El plan comenzó a ser implementado en la primera etapa del gobierno con el apoyo de la oposición en el parlamento. Se establecieron actas de compromiso entre la Confederación General del Trabajo, la Confederación General Económica y el Estado para concertar acuerdos de crecimiento e inversión. A nivel provincial se implementaron programas de reforma agraria que contemplaban la expropiación de tierras para ser entregadas a minifundistas con apoyo de créditos y asistencia técnica.
Estas medidas buscaron fortalecer el rol del Estado regulador, afirmar una política de redistribución progresiva de los ingresos y recuperar la autonomía económica nacional. Sin embargo, desde mediados del ´74 comenzaron a manifestarse signos de deterioro del plan, luego del fallecimiento de Perón. A esta situación se agregó el rerudecimiento de la violencia, en especial la ejercida por el Estado a través de la tristemente célebre Triple A.
La reorientación de esta política económica, a mediados de 1975, conocida como el “Rodrigazo”, pone fin al período y desencadena serias convulsiones sociales. Desde el poder político se comenzó un proceso de transformación, mediante el ajuste, devaluación y congelamiento de salarios, de la economía argentina en el marco de la estrategia neoliberal propuesta por el capitalismo mundial.
La necesidad de que el modelo de crecimiento se ajuste a esta nueva estrategia, donde van a beneficiarse los intereses del capital financiero concentrado, provoca el Golpe Militar de marzo de 1976.
AUTORITARISMO Y REGRESIVIDAD ECONÓMICA (1976-1983)
El Golpe se produce en una situación de caos generalizado, de violencia y persecución ideológica desde el Estado, que había llegado a niveles intolerables. La sociedad asistió a la llegada del nuevo “orden” sin manifestar oposición visible.
El contexto económico y político internacional ayuda a comprender mejor la situación de nuestro país. Hacia fines de la década del ´60 y comienzos de los ´70, los países centrales vieron caer las tasas de ganancia de sus principales empresas, el debilitamiento de la productividad, el incremento de la inflación y el déficit del sector público. En 1973, un hecho sorpresivo, se produce la elevación del precio del petróleo en un 300% determinado por los países productores. El sistema bancario de los países centrales capta los excedentes monetarios de los países productores de petróleo, incapaces de invertirlos productivamente en sus propios países.
Esta situación modificó el enfoque económico de los países centrales impulsando un nuevo modelo conocido como el “enfoque monetarista”. Éste, busca desmantelar la economía de bienestar o Keynesiana, adoptando una severa disciplina fiscal, aceptando un alto desempleo y liberando la movilidad de bienes y capitales. El enfoque monetarista supone que el mercado, funcionando sin restricciones, es el mejor regulador de los recursos disponibles y disciplinador de los comportamientos sociales.
El Estado de Bienestar debe dar paso al Estado subsidiario, que debe retirarse de su función intervencionista y reguladora para liberalizar la economía. Se debe reorientar y abrirse a las corrientes internacionales de bienes y dinero. Los países periféricos se convierten en tomadores de los fondos excedentes producidos por los “petrodólares”.
Para incorporar a la argentina a este enfoque era necesario tomar el poder político. La banca externa, los sectores empresarios asociados al capital internacional y los sectores más concentrados de la actividad agropecuaria, promueven el Golpe de Estado. El gobierno militar pone a disposición de sistema financiero internacional los principales puestos del área económica. El Ministerio de Economía es ocupado por José Alfredo Martínez de Hoz, miembro del directorio del Chase Manhattan Bank en Argentina; el Secretario de Hacienda, Juan Alemann, representaba en la Argentina a la Unión de Bancos Suizos.
El principal objetivo de la política de Martínez de Hoz fue sustituir el mercado financiero existente por otro que tuviera una elevada liquidez y facilidad de entrada y salida de capitales en estrecha conexión con el exterior. Los instrumentos de la política económica fueron cinco:
1) Liberalización del sistema de precios máximos, disminuyendo los aranceles de importación. El objetivo era igualar los precios internos con los externos. Se reducen las retenciones a las exportaciones del sector primario. Su resultado fue el aumento significativo del precio de los productos en el mercado interno.
2) Se eliminaron las convenciones colectivas de trabajo y se congelaron los salarios.
3) La reforma financiera de 1977 permitió abandonar el control, por parte del Banco Central, de la política financiera, favoreciendo al sector financiero concentrado interno y externo.
4) La eliminación de precios mínimos que aseguraban la producción de cereales y las leyes de promoción industrial, la interrupción de los programas de reforma agraria. El impacto de las medidas debilitó la capacidad negociadora de los pequeños productores en los mercados internacionales.
5) La política de estabilización de precios buscó igualar los precios del mercado interno con los del mercado internacional.
Esta política prosiguió hasta 1981, provocando la reacción de los sectores más perjudicados y un retroceso en la actividad industrial destinada al mercado interno y a la exportación. El P.B.I industrial de 1983 fue un 15% menor que el de una década atrás, en 1973. Este fenómeno no es común en la historia de las sociedades. Las elevadas tasas de interés y la apertura externa alentaron la importación sustitutiva y el deterioro del poder adquisitivo del salario.
Entre 1981 y 1983 se continúo con esta política económica con fuertes ajustes. La Guerra de Malvinas buscó recuperar la popularidad del proyecto y asegurar la continuidad del gobierno militar. La derrota de esta aventura bélica descabellada fue el detonante hacia la transición democrática. La institución del endeudamiento externo fue un factor perturbador de las economías periféricas como la argentina. El problema de la deuda externa se acentuó al estatizarse las deudas contraída por las empresas privadas con bancos del exterior bajo la gestión de Domingo Cavallo en el Banco Central.
Los grupos favorecidos por este proceso fueron los oligopolios y empresas transnacionales que impusieron una nueva modalidad de acumulación que desencadenó una profunda crisis económica. Los perjudicados por la aplicación del modelo monetarista fueron los sectores asalariados y los pequeños y medianos empresarios, así como las grandes empresas nacionales asociadas a estos segmentos del mercado interno.
Este proceso se lo conoce como la “Década Perdida”. Hacia principios de 1982, el fracaso de la estrategia económica y el fracaso de la guerra de Malvinas obligaron al régimen militar a restablecer las instituciones democráticas. El 30 de octubre de 1983 fueron reemplazados por autoridades legítimamente elegidas, dejando al descubierto la extrema gravedad de la herencia económico-social y las secuelas de la represión con miles de asesinatos y desaparecidos.
ACTIVIDADES:
Consignas: Leer el texto anexo y responder las siguientes preguntas.
1)¿ En qué contexto interno y externo se produce el golpe de Estado de Marzo de 1976?
2)¿ Qué grupos sociales impulsan el golpe del ´76?
3) ¿Cómo se caracteriza el nuevo enfoque “monetarista”?
4) ¿A qué sectores representan los titulares del ministerio de economía y hacienda?
5) ¿Que política económica impulsa Martínez de Hoz y cómo la instrumenta?
6) ¿Cuáles son las consecuencias sociales y económicas que produce esta política económica?
7) ¿Qué causas determinan el fin de la dictadura de 1976?